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ORACIÓN ¡Ya están solos mi corazón y Antequera! Ya están dispuestos Señora, los hemanacos en los varales. Ya está listo el trono de Antequera Ya está la almohadilla amarrá Ya has dado Señora la primera voz. Ya has tocado la primera campana Permíteme Señora Que con mi corazón abierto Y mi palabra temblorosa Eleve a ti esta oración ¡Madre mía de los Remedios! Una oración por todos los hermanacos Por aquellos que fueron Y ya no pueden serlo Por los campañilleritos de lujo Por las camareras Por aquellos que iluminan con su cera El andar de los tronos Por aquellos que te cantan saetas
Por Antequera Señora que se estremece Que se estremece y llora Por Antequera que cada primavera nace Como una flor a la Luz Eterna Por Antequera que esta dispuesta Por Antequera que esta preparada Presta a la voz del Hermano Mayor Y el pregonero llama Antequera ¡atenta! A mi voz y muy despacio ¡sin que se mueva un varal! ¡sin que roce una flor! ¡ARRIBA! ¡Ya están solos mi corazón y Antequera! Dios te Salve Remedios Llena eres de gracias El Señor es contigo Bendita tu entre todas las mujeres Dios te Salve Remedios
PROEMIO Sr. Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, Iltmo. Sr. Alcalde del Excmo. Ayuntamiento de Antequera, Excelentísimos e Ilustrísimos Académicos de la Real Academia de Nobles Artes, que hoy nos acompañan, Dignísimas autoridades, Hermanos Mayores de las cofradías, Rvdo. Padre, señoras y señores. No puedo empezar sino agradeciendo de todo corazón las palabras que ha tenido a bien dedicarme mi querida amiga Carmen, con la que coincidí hace ya algunos años y a pesar de la diferencia generacional, en esa aventura que para muchos antequeranos es, el asistir a diario a las clases de la universidad en nuestra cercana Málaga. A pesar de todas esas cosas que has contado mi querida amiga Carmen, vengo al pregón con solo dos títulos ser antequerano y cofrade. Ante todo quiero pedir benevolencia a este ilustre senado cofrade, y rogar sepan comprender la osadía de este pobre orador que pretende pregonar la Semana Santa de Antequera, sabedor de la elocuencia de la palabra de cuantos me han precedido en este menester. No es necesario recordar a los antequeranos de nacimiento y a los antequeranos de corazón que han exaltado con su sabia prosa y sus versos, a nuestra Semana de Pasión. Mucho se ha escrito y se ha dicho ya en los pregones de la Semana Santa de Antequera, Mari Carmen Villalón y Ana Lara pusieron el sentimiento, Pérez Cervantes lo dotó de religiosidad, Barón le puso la 4 4 poesía del maestro Galvache, Ángel Guerrero la fantasía, Juan Manuel Moreno le dio voz y Carmen González , Carmen le inyectó juventud. ¿qué le queda a este pregonero por decir? ¡Mucho!, la Semana Santa de Antequera es inagotable como inagotable son sus cofradías, podríamos hacer el pregón de los imagineros, auténticos artífices de la plasmación devocional o el pregón de las iglesias, o el del hermanaco o el de sus Vírgenes y su llanto contenido, y como no el pregón de la “Vega”. La Semana Santa de Antequera es inagotable, todo está por escribir, cada año nace y se renueva. A María Santísima de los Remedios, Patrona de Antequera y su Alcaldesa Perpetua, he suplicado su protección y amparo. Obligado estaba, vine al pregón, el día más mágico del año, en la mañana que precede a la Noche Buena de los Caballeros, en ese inmensurable momento de ilusión en el que los niños impacientes esperan ser recibidos por sus Majestades los Reyes de Oriente, quiso la gracia divina que en ese momento y cogido de la mano de mi hija dijera el sí quiero y firmara este compromiso. ¿Puede un cofrade recibir mejor regalo de Reyes? Y lo hice en el claustral patio del que fuera convento de franciscanos terceros, junto a su iglesia donde los antequeranos rendimos culto a María Santísima de los Remedios.
CANTO A ANTEQUERA Antequera es una tierra de abundancia y de fecundidad y sobre todo de fe…¿Qué ciudad conocéis que tenga tantos santos patrones como la nuestra? A Santa Eufemia se encomendó el Infante don Fernando y en agradecimiento a su protección, la nombró ganadora, siguiendo el uso y costumbre, pero Antequera pronto miró a María Santísima y el propio apóstol Santiago le entregó a fray Martín de las Cruces el Remedio anhelado y Antequera se convirtió en Mariana Luego la ciudad proclamó a San Cristóbal el que carga a Cristo, abogado de los viajeros, a San José y a nuestra Señora del Rosario, por la salud, por su salud Antequera es un cruce de caminos, de gentes que vienen y gentes que van, y siempre ha pedido por la salud, ¿Qué ciudad conocéis que tenga tantas advocaciones a la salud como Antequera? María Santísima de la Salud protege la puerta de Granada en su ermita de Santiago, El Santo Cristo de la Salud presidía la ermita de San Sebastián en el antiguo camino de Estepa y el Santísimo Cristo de la Salud y de las Aguas, patrón de Antequera nos protege en la Puerta de Málaga. Pero es que además Antequera, tiene un Ángel de la Guarda, Angelote le llamamos los antequeranos, que preside todos nuestros actos y vigila presto desde la altura de la torre de San Sebastián a nuestra ciudad y sus campos velando por nosotros, en su pecho dicen lleva a Santo 6 6 Tomas, Santa Bárbara a San Juan Bautista, y a San José, y hasta una reliquia de Santa Eufemia, cuentan que tiene guardada en su corazón. Os habéis fijado el Angelote es un gran crucifijo su cuerpo se convierte en stipes y su bandera en patibulum, presidiendo y proyectando su sombra sobre Antequera y su Vega, como un gran crucifijo que arropa y a coge a toda la ciudad. Hay un lugar donde al pregonero le gusta dialogar con Antequera y mirar a la cara al Angelote, y no es otro que las “almenillas”, desde aquí el pregonero le habla a Antequera y Antequera le responde. No hay otro lugar igual, desde aquí contemplamos a esta ciudad universal, sus calles, sus iglesias y palacios, que nos hablan de su pasado y de su presente y nos insinúan el futuro en cada rincón. Cada rincón, cada espacio tiene una historia, un recuerdo. Desde aquí contemplamos las torres de sus iglesias y las espadañas de sus conventos, las blancas paredes de su caserío y las fachadas de sus palacios. A la espalda, la ciudad antigua presidida por el arco de los gigantes, genialidad de presunción antequerana que lo convirtió en el primer museo de España, junto a él, las viejas murallas de su alcazaba. Todos quieren contarnos su historia. Desde aquí desde las “almenillas”, el pregonero puede recrear a una ciudad que se viste de gala cada primavera para con un clamor jubiloso arropar a sus cofradías. Y es que Antequera se transformar en Semana Santa, cambia la luz de su cielo, y hasta lo sonidos son distintos
SEMANA SANTA La Semana Santa de Antequera está llena de momentos místicos y de ritos, todo tiene su momento, todo su lugar, nada se deja al azar. Los ritos son fiestas y la Semana Santa, es la fiesta por excelencia de Antequera, existe una sintonía entre los antequeranos y sus cofradías, por eso la Semana Santa de Antequera es singular, porque la hace el pueblo desde el corazón. Todo comienza desde la cuaresma, aquí el cofrade canta a sus titulares, y recuerda a propios y extraños que se apresta a celebrar la Semana Santa, triduos y quinarios, novenas y setenarios, carteles y pregones todo inunda el aire y las calles de Antequera y el aire se llena de olores, una mezcolanza de aromas se aglutinan, azahar, canela e incienso, ajonjolí y alelíes, es la fiesta de los sentidos. Los desfiles procesionales son una obra maestra de la teatralidad barroca y tienen un escenario y una escenografía. El escenario Antequera, una vez más desde las “almenillas” vamos a contemplar en todo su esplendor el espacio donde las hermandades van a escenificar la gran obra de la Pasión de Cristo, Antequera entera está pensada para acoger los desfiles de las hermandades, sus calles están plagadas de templos y conventos de calles íntimas que permiten el dialogo directo con Jesús y María, y de capillas de encuentros, Santiago, Cruz Blanca y el Portichuelo, que bien le cantó al Portichuelo el maestro Montero Galvache, todo el espacio antequerano está concebido para arropar a las cofradías en sus desfiles procesionales.
Y en el centro de todo el trono como elemento escenográfico principal. El trono antequerano es un capricho de la armonía, todo es justo, todo está medido, todo está proporcionado, los tronos de palio de Antequera tiene personalidad, son un conjunto de elementos pensados para dar mayor gloria a María Santísima y a Jesús, por que en Antequera los Cristo también llevan palio. Serán de diez, de doce varas…, y cubrirán al trono de carrete o de pirámide columna que levanta a la imagen para que pueda ver a su pueblo, unión entre lo humano y lo divino. Los actores, el pueblo de Antequera, hermanacos, taeteros, penitentes, promesas, hermanos mayores, camareras y mayordomos y campanilleritos ¿Qué sería de la Semana Santa de Antequera, sin los campanilleritos de lujo? ¿Os habéis fijado en sus caras?, ¿os habéis fijado en sus gestos?, son la quinta esencia de la Antequera cofrade, con que vigor hacen repicar su campanitas de plata anunciando a Jesús y María. Y entre todos los actores la mujer, que sería de nuestra Semana Santa sin las mujeres, hoy que tanto se reivindica su papel, a nadie se le ha ocurrido mirar a las mujeres antequeranas, que desde hace décadas son parte esencial y fundamental de nuestras cofradías, no existiría la Semana Santa sin la mujer, no solo como camareras, si no como hermanas de luz, como directivas en las Juntas de Gobierno, como mantillas y que osadía en Antequera tenemos mujeres pregoneras y hasta Hermanas Mayores de Cofradías. María es mujer, acaso entenderíamos la Semana Santa sin María
María es la primera cofrade, la que sufrió la pasión. ¿Cómo no va a estar presente la mujer en nuestras cofradías? Por eso la Antequera milenaria, la de las iglesias y palacios es universal. Por eso cada primavera hace vibrar a su pueblo. Por eso Antequera misma es Arte Por eso su Semana Santa es única Y la a Semana Santa de Antequera, va a comenzar Las andas ya están colocadas, las almohadillas apretadas Y el pregonero preguntara ¿Antequera, estas dispuesta? ¿Antequera, estas preparada? Atentos, mi voz... ¡Al cielo, por Antequera!
DOMINGO DE RAMOS “Lanza gritos de gozo hija de Jerusalén. He aquí que viene a ti tu rey; justo el rey victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino cría de asno” (Zacarías 9,9) Con la cofradía de la Pollinica, Antequera se adentra en su Semana de Pasión, es Domingo de Ramos, comienza el rito, por la mañana la bendición de las ramas de olivo y palma, todo es júbilo, toda Antequera se prepara envuelta en aleluyas bajo el luminoso cielo de la Esperanza a recibir a Jesús en su entrada triunfante en Jerusalén. Aun recuerdo como si fuera ayer, cuando apenas con seis años, mi madre me vistió con una túnica blanca con botonería morada y capuz y me dio una enorme palma y cogidos de la mano fuimos a las puertas de San Agustín, un Domingo de Ramos de hace muchos años. Fue mi bautizo cofrade, como el de tantos antequeranos. La cofradía de la Polínica es la puerta por la que se accede al sentir cofrade, luego... unos serán hermanos de luz, otros hermanacos, otros hermanos mayores, otros se atreverán a decidir el devenir de las cofradías, pero estoy seguro de que todos alguna vez hemos portado la palma de la victoria, esa palma que a algunos ha encandilado y ha dejado unidos para siempre a esta hermandad en simbiosis, con corazón joven, a pesar de las canas, nadie sabe mejor esto que mi buen amigo Pepe Villalón pollínico de pro y maestro de cofrades.
La tarde del Domingo de Ramos en Antequera, es una exaltación de alegría y de ilusión, todo gira en torno al viejo templo de San Agustín henchido de juventud cofrade, El primer paso de la Semana Santa de Antequera sale por el estrecho arco, Jesús montado en su borriquita rodeado de mujeres y niños, rodeado de esperanza, como nos lo describe Nicodemo, en su particular evangelio. Corría el año de 1950, cuando la voluntad de la Agrupación de cofradías quiso dotar a esta hermandad de su titular. ¡Era necesario!, como no iba a tener Antequera borriquita, es el triunfo de Jesús, es el gozo de Antequera, y como puedo sentir el suspiro que desde el cielo, se les escapa a Santi Calle, que desde allí, seguro que sigue jaleando a su Pollinica, entre palmas de gloria. Luego, vendrá la agonía en el Huerto de Getsemaní. Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación. (Lucas22, 40-46) Así es como lo representa la cofradía de la Pollinica, en su segundo paso del Domingo de Ramos. En nuestra ciudad hubo hace muchos años una hermandad ubicada en una capilla en el convento de Mínimos de San Francisco de Paula era la cofradía de la Humildad de Cristo Señor Nuestro y Oración del Huerto El paso de la Oración en el Huerto, era espectacular recogía integro el pasaje de Lucas, Cristo arrodillado, orante, un Ángel, junto a un olivo, y lo completaban las imágenes de de los tres apóstoles, Pedro, Juan y Santiago, dormidos a los pies del olivo. Este paso, fue conocido como el de los durmientes, es el antecedente del actual. Jesús en Getsemaní experimenta el conflicto de su doble naturaleza, humana y divina, en ese momento de lucha espiritual, suda sangre. Luego vendrá María Santísima de la Consolación y Esperanza María no llora, su mirada esta ausente, pensativa, como presagiando en su pensamiento la amargura de la Pasión, buscando consuelo en el infinito azul del cielo. No llores ni tengas pena que en la noche soberana eres la estrella bella que más brilla en Antequera
LUNES SANTO Mi alma está dividida cuando me rodean los muros de esta iglesia de San Francisco, con el Cristo Verde aprendí a ser hermanaco, con Vera Cruz aprendí el camino, con el Cristo de la Sangre…con el Cristo de la Sangre aprendí a vivir. Llegado este momento el pregonero tiene que respirar profundamente para frenar la emoción que le invade, ¡cuantos recuerdos!, cuanta cosas vividas, cuanta esperanza depositada. ¡Sí! porque entre estas cuatro paredes aprendía a ser cofrade, ya lo dije cuando tuve el inmenso honor de poder pregonar a los estudiantes, lo primero que vieron mis ojos fue la ventana del camarín de Nuestro Padre, por que vine a la vida junto a San Francisco, aquí jugué entre sus granados y cipreses, aquí inicie mi andadura como cofrade, aquí aprendí a querer a la Semana Santa, aquí aprendía a amar a Jesús y a María, aquí quiso la divina providencia que tuviera la dicha de unirme a mi mujer a mi compañera, todo son recuerdos, mi vida no tendría sentido sin las vivencias con los estudiantes, todo se lo debo a esta cofradía, aquí he vivido días de gloria y penas, que satisfacción para este pregonero el poder estar hoy aquí, donde todo comenzó. La cofradía de los Estudiantes es singular, como es singular el templo que los acoge, aquí se une en perfecto vinculo armonioso lo antiguo con lo nuevo, por eso las cofradía de los estudiantes tiene solera, aquí todo es distinto, la túnica se ha cambiado por el traje y una banda verde atraviesa el corazón de los hermanacos, marcándolos para siempre, el ronco tambor llama a silencio
Antequera prepárate Antequera sal a la calle Antequera corre a San Francisco Todo está listo ya Ya sale el negro estandarte Ya forman las filas los hermanos de luz Ya se abren sus capas blancas Ya huele la cera verde Ya huele a fragante incienso Ya se oye la corneta cantar Y en San Francisco, se escucha un suspiro… A mi voz, al brazo Todo es silencio, un silencio que no pesa Y en San Francisco, se escucha un suspiro… Nuestro Padre avanza, lentamente y el silencio se va llenando primero el sonido de los varales, luego el rozar de los zapatos, luego el palpitar de los corazones, el Nazareno avanza, lentamente, a la luz, a Antequera Y en San Francisco, se escucha un suspiro… Ya sale el Cristo la Sangre Ya sale la mirada serena del Nazareno de Antequera
Y en San Francisco, se escucha un suspiro… Al son de roncas trompetas A la voz del hermano mayor Y El Cristo de la Sangre llena de Hosannas las calles de Antequera Y en San Francisco se escucha un suspiro… a lo lejos se deja sentir el Stábat Mater el Cristo Verde comienza su vía crucis El tiempo se detiene y los melodiosos compases de una capilla musical nos envuelven en un paradisíaco éxtasis cofrade, solo el paso firme del hermanaco nos hace volver a la realidad y mirar entre luces y sombras al Cristo Verde, al Cristo de los Estudiantes. Y Antequera recibe al Cristo Verde, Al Cristo redentor Y Antequera reza al Cristo Verde Danos la Salvación Cristo Verde Por tu sangre redentora Escucha a tus estudiantes Cristo Verde Y Antequera y Cristo Verde se funden En un singular abrazo La noche del lunes santo es la noche del Cristo Verde
MARTES SANTO Corría el año de 1670, cuando el patrono de la que sería capilla mayor de un nuevo convento en Antequera, Luis Ignacio Pareja y Obregón, abuelo de quien será primer conde la Camorra concertó con el fraile trinitario descalzo Pedro del Espíritu Santo, la construcción de la iglesia del convento de esta orden en nuestra ciudad, a la salida del camino de Lucena frente a la Cruz Blanca. Gracias a su generosa aportación Antequera tiene un día especial en su Semana Santa, el viejo convento de la Trinidad se llena de luz y de algarabía cada Martes Santo, pocas imágenes son tan veneradas en Antequera como el Santísimo Cristo del Rescate, aquí las formas se rompen, las estrictas normas se ven superadas, el Señor del Rescate avanza por Antequera en una constante bulla, rodeado por miles de devotos que cada año acuden a la cita, a cumplir la promesa con su Señor. Cuantas esperanzas, cuantos anhelos, cuantos deseos se susurran al señor del Rescate. Toda Antequera, fielmente cada año acude a la cita el primer viernes de marzo, a rendir culto al Señor. Es otro más de los ritos de nuestra Semana Mayor. Mirad aconteció que la imagen de Jesús Nazareno cayó en manos de Musley Ismael y su ejército y llevada a Mequínez. Aquí y por orden expresa del Rey Muley, la imagen fue arrastrada por sus calles y fue arrojada en un muladar la imagen el trinitario Fray Pedro de los Ángeles, la vio, presentándose ante el rey, solicitó su rescate se dice que el rey accedió y le permitió al padre trinitario custodiar la imagen,
hasta que reuniera el dinero para su rescate, amenazándole que, de no hacerlo así, lo quemaría a él y a la imagen. Los Padres trinitarios Miguel de Jesús, Juan de la Visitación y Martín de la Resurrección lograron convencer al rey Muley de que tasara el rescate de la imagen pagando su peso en oro. La historia asegura que la balanza se equilibró exactamente cuando se acumularon tres monedas una y otra vez, accediendo finalmente al rescate. Desde entonces la imagen de Jesús Nazareno estará unida a los trinitarios y lucirá en un escapulario su cruz la cruz que simboliza al Padre al Hijo y al Espíritu Santo. Jesús, tras la Oración en el Huerto de Getsemaní y su posterior Prendimiento, fue conducido preso y cautivo a casa de Anás que era Sumo Pontífice. Cristo aparece erguido, sus pies paralelos, firmemente apoyados en el suelo, las manos entrelazadas por un cordón dorado, mostrando su indefensión ante la plebe. Cristo ya ha sido prendido, azotado y coronado y sentenciado espera marchar a la cruz, como cordero que va ser inmolado por nuestros pecados. Así se presenta al pueblo de Antequera Y Antequera acude a su llamada. María Santísima de la Piedad ira delante Con las manos implorantes, desconsolada, en dulce y tierna amargura, herida por el filo de su llanto, la luz de las velas el rostro le ilumina Las lágrimas de la Piedad irán cayendo en la tierra
y de cada una brota una rosa y una perla No llores Madre mía de la Piedad que no estas sola que te acompañan la luna clara y una saeta gitana Detrás el Hijo, resignado, indefenso, esperando recibir su Cruz. Y Antequera se llena de mantillas y de copla, ningún día se cantan tantas saetas, la saeta se ha convertido en el himno de la hermandad. Antequera es un bullir de fe, de ruegos y de esperanzas, el Martes Santo es el día del Señor Padre nuestro Jesús del Rescate Rey eterno de amor y de paz; reina siempre en tus fieles Esclavos y del mundo, Señor, ten piedad !
MIERCOLES SANTO Un repique de campanas anuncia al Cristo del Mayor Dolor, Antequera impaciente espera, como si fuera la primera vez, como si fuera el primer encuentro, los hermanos de la cofradía y un piquete de honor van a trasladar a Cristo Nuestro Bien, como lo hiciera Andrés de Carvajal, es un momento sublime en la Semana Santa de Antequera. Sabed que un doblar de campanas un triste domingo de abril anunció que el Mayor Dolor acogía en su seno a quien con tanto amor lo tallo. Antequera es una tierra de grandes artífices, que han sabido transmitir con su plástica la Pasión. El Santísimo Cristo del Mayor Dolor, recoge uno de los momentos de la flagelación, “desatado de la columna, caíste en tierra a causa de tu debilidad. Tú estabas tan agotado por la pérdida de sangre que no te podías sostener sobre tus pies. Las almas piadosas te contemplan arrastrándote sobre el pavimento, barriendo tu sangre con tu cuerpo, buscando aquí y allá tus vestiduras” (C. Cañedo Argüelles) El Cristo del Mayor Dolor tiene una unión mística con Antequera, cada año cientos de hermanos acompañan al Señor, con sus túnicas negras, en silencio, Antequera entera sale a la calle a acompañar a su Cristo y a su Virgen, la cofradía se queda sin túnicas, pero no se queda sin cera, sin la cera de sus promesas. Sin la cera roja del silencio, sin la cera de la Sangre de Cristo. Y el Señor del Mayor Dolor camina por las calles de Antequera, lentamente, sintiendo el calor de su pueblo, arropado por sus legionarios.
Porque el Miércoles Santo Antequera se llena de Banderas, banderas de fervor, banderas de amor a Cristo...Y a María Porque el Miércoles Santo, también es el día de María, de María Santísima del Mayor Dolor, de los Dolores la llamó Carvajal, de los Dolores la veneraban los canónigos de la Colegiata Del Mayor Dolor la bautizo el pueblo, no hay en Antequera una Virgen que materialice tan profundamente el dolor, su rostro afligido, desgarrado, sus ojos perdidos en el infinito, mirando suplicantes al cielo, al Padre, las lagrimas recorriendo sus mejillas, su boca entre abierta, las manos entrecruzadas en el pecho, prefigurando la cruz del martirio. No hay pena como tu pena, dolor como tu dolor, ni corazón más sufrido que tu triste corazón. Ese llanto, Mare mía, tu Dolor hace Mayor, es mucha pena metía dentro de tu corazón pa poder cerrar tu hería Virgen del Mayor Dolor (saeta popular)
JUEVES SANTO San Pedro y Santiago, dos barrios uno antes, tienen su día grande el Jueves Santo de cada año, dos barrios hermanos con dos cofradías hermanas. Con el Santo Cristo de la Misericordia sentí el duende del “correr la Vega”, a María Santísima de los Dolores me enseñó a quererla mi abuela Carmen, que diariamente y mientras la salud se lo permitió me llevaba a Belén a rezar a su Virgen de los Dolores de la que era fiel devota, aquí mi mirada inquieta de niño aprendió a admirar la filigrana de yesos tejidos en las bóvedas de este templo, que la firme gubia de los Asencio nos dejó como adelanto del paraíso celestial, no podía ser menos había que arropar a la Virgen de los Dolores, la reina de Santiago, os ¿habéis fijado en su compungido llanto sereno?, cuanto amor, cuánto dolor, cuanta amargura hay en esa mirada. Os habéis fijado que Dolores ruega y Consuelo suplica. No hay mayor contraste ni mayor hermandad en toda la Semana Santa de Antequera, aquí los ritos se desbordan, llenando a Antequera de espíritu cofrade, por la mañana la visita a los templos y el amarrar la almohadilla, que momento tan especial para el hermanaco, es el encuentro con los hermanos de trono, es la preparación, el primer acto, todo un complejo conjunto de gestos y sentimientos, donde se recuerdan a los que no están y se enseña al que llega. Cuando la cuerda se tensa y une a las andas la almohadilla, se une también el alma del hermanaco a su trono. Durante más de una década fui aprendiz de hermanaco en el paso del Santísimo Cristo de la Misericordia, ¿como explicar? ¿como
transmitir?, tantos intensos momentos. Todo comienza con el desfile de la armadilla, recorriendo las calles de Antequera, anunciando la estación de penitencia de la Hermandad, luego vendrá la solemne entrada al templo engalanado de San Pedro y la salida junto al triunfo Cristo ha muerto, a sus pies San Juan y la Magdalena, y María Afligida, roto el corazón, como si un puñal se lo acabara de atravesar. Detrás vendrá María Santísima del Consuelo, con uno de los palios más airosos de toda la Semana Santa antequerana, y el pregonero tubo el inmenso privilegio de estar presente la primera vez que un acompañamiento de musical tubo la tremenda osadía de entornar el vals bajo los puentes de París, primero fue sorpresa, luego jamás he visto mayor muestra de entusiasmo, aun me estremezco al recordar la ovación seca que llenó la plaza, ese año el recorrido por las calles de Antequera, se convirtió en una autentica apoteosis. Detrás de la Misericordia va enjugando su pañuelo cuando Cristo ha muerto ya esa Virgen del Consuelo ¡por Dios tened caridad! Hermanaco del Consuelo no tengas pena ninguna que si no la puedes ver por la calle con la luna
otros por tu amor la ven. Hermanacos mecerla hermanacos hasta el cielo levantarla con alegría y en silencio hasta el cielo levantarla a mi Madre mía del Consuelo. (Saeta cuartelera. Adaptación) Mientras en el entorno de la parroquia de Santiago, los servitas se preparan para iniciar su estación de penitencia. Hay un lugar sin igual donde desde hace una eternidad contemplo la espectacular salida del templo, es en Cuesta Merinos cara a cara con el compás de la iglesia de Belén, desde esta privilegiada tribuna popular se puede ver como los tronos se van moviendo se van preparando para iniciar su peculiar vía crucis, primero la espectacular “levanta” del Santo Cristo de la Columna Cristo y trono se elevan al cielo al impulso de los hermanacos y todos a una marchan marcando el paso hacía Santiago, saludando a su barrio. Jesús que vas "ataíto" con cordeles y desnudo, dame un granito de fe, para comprender el mundo. (saeta popular) Nuestro Padre Jesús de los Afligidos o Cristo del Consuelo como luego se llamó, le seguirá, la imagen está representada en su primera caída, por eso también el sabio pueblo lo llama el Cristo Caído, unas veces la
hermandad lo vestirá de túnica purpura, otras de túnica blanca, siguiendo a la Leyenda Dorada, un cordón le rodea el cuello y la cintura y se prolonga hasta casi llegar a la campana, así lo profetizó Isaías “como cordero llevado al matadero” En su rostro, casi apenas marcada las huellas de las lágrimas. De ellas se habla en el Cantar de los Cantares. ¿Puede existir mayor perfección? Nuestro Padre Jesús del Consuelo es un capricho teológico, todo en él esta medido, todo en el es justo, nada está improvisado, todo tiene un porqué. Y de pronto una explosión de júbilo inunda la escena, allí esta Ella la “Dolorcilla” las reina de las reinas Miguel Márquez mandó fundir las gubias que tallaron su rostro, para que no saliera otro igual. MIRADLA POR DONDE VIENE LA MEJOR DE LOS NACÍOS NO LA PINTAN LOS PINTORES DE BONITA QUE VENÍA ¡LA VIRGEN DE LOS DOLORES! (saeta popular) Y hasta las varas del palio le aplauden acompasas cuando María Santísima de los Dolores va al encuentro de la Virgen del Consuelo. El duende de la Semana Santa de Antequera, se apodera entonces de Santiago, no puede haber un escenario igual, ni el aire tiene sitio, toda Antequera acude presta, a ver como Dolores y Consuelo Consuelo y Dolores se saludan
Se unen en un vaivén de hermandad Dolores por calle Belén Consuelo por San Pedro María va al encuentro de su hijo a la calle de la Amargura, Aquí está toda la pasión Luego el frenesí Les ponts de Paris Volverán a resonar Y el palio de la Virgen del Consuelo rosará los balcones Y los hermanacos se fundirán en un abrazo La estación comienza, primero la visita a Madre Carmen Y a la Alcaldesa perpetua la Virgen de los Remedios La patrona de todos los antequeranos Y el Jueves Santo traerá la vega La Semana Santa de Antequera tiene nombres propios y ritos, tiene personalidad. El correr la vega es un ejercicio de fe cofrade, no podemos entender la Semana Santa de Antequera sin sus vegas. La Cruz Blanca será testigo de la primera vega Consuelo y Misericordia se asomaran a los campos a bendecirlos y luego y a un golpe de campana, con paso firme a la carrera se lanzaran en una subida por su especial calvario, a despedirse de Dolores.
El pregonero corrió la vega con el Santísimo Cristo de la Misericordia, cuantos recuerdos se me vienen a la mente, cuantos pensamientos que mi torpe voz no saben transmitir. Dolores correrá a los “Cerretes”, para despedirse de Antequera Lágrimas derrama el cielo, la noche del Jueves Santo. Y tu Madre mía de los Dolores las escondes bajo tu manto. Que tristeza y dolor muestras en tu pálida cara, lacerada de dolor llevas tu alma encerrada Lágrimas derrama el cielo, la noche del Jueves Santo. Y tu Madre mía de los Dolores las escondes bajo tu manto (saeta María del Pilar Jiménez)
VIERNES SANTO Cada Viernes Santo Antequera, rememora viejas pendencias entre Narváez y Chacones, Aguilares y Talaveras, franciscanos y dominicos, para unos primara el derecho, para otros el uso y costumbre, unos defenderán a Socorro otros a Paz, viejas rencillas que forman parte ya de la leyenda y que tan solo alientan el recuerdo romántico de los cofrades, que por unos instantes se convierten en valedores de antiguas tradiciones. Antequera se viste de gala cada Viernes Santo, la cofradía de Arriba y la cofradía de Abajo fueron durante muchos años centro principal de la devoción antequerana, en aquellos heroicos tiempos, donde la historia se detuvo, pero no el sentir del pueblo. Tiene la cofradía de “Abajo” un delicado trono con un Niño Jesús, que no lo llaman ni chiquito, ni el Niño de la Bola, los antequeranos lo llamamos el Niño Perdido. Es un Niño Jesús Triunfante. Es el Niño redentor, sus pequeños y delicados pies se apoyan firmemente, sobre el globo del mundo, que le confiere la soberanía universal, lleva en una mano un lábaro en forma de Cruz y en la otra un delicado rosario, que cada año con amor le colocan sus hermanos y todo el trono rodeado de los atributos de la Pasión. El Niño, aparece como en el quinto misterio gozoso del rosario, y anuncia su pasión y muerte. Y Antequera venerando al Niño, inventó al campanillerito de lujo, ¿hay algo más propio de nuestra Semana Santa?
El campanillero de lujo estará precediendo al trono de palio o de Cristo y con el tañido de su campanita anunciará su llegada. Pero el campanillero anuncia algo más, anuncia la pasión, anuncia la calle de la Amargura, al igual que Jesús Niño en el templo. Nada está improvisado en la Semana Santa de Antequera El Dulce Nombre de Jesús Nazareno, seguirá al Niño, ¡hay nombre más bonito! Jesús abraza la cruz, está erguido, con mirada serena mirando al frente mirando a Antequera, su larga cabellera negra ondeara al viento, es el inicio del camino de la Salvación, Jesús carga su Cruz, con mansedumbre, con humildad. Que sensación de Paz trasmite el Dulce Nombre, que no se rinde al peso de la Cruz. Salvación nos da con la bendición de su mirada serena. El calvario esta próximo, devoción de escribanos y agustinos, Santo Crucifijo, Buena Muerte, quiso el destino. Clavao está ese Cordero Cristo de la Buena Muerte desde su triste madero nos va brindando el perdón a toíto el mundo entero. (Saeta popular)
La citarilla y la plazuela de Santo Domingo es un bullir de antequeranos que van y vienen, todos quieren ver a su Virgen de la Paz. Existe otro rito en nuestra Semana de Pasión, la visita a los templos, en la mañana previa a su salida procesional. La ciudad alta, la ciudad antigua se ve asediada y conquistada por cientos de antequeranos, que en un singular peregrinar se asomaran a visitar a las tres cofradías del Viernes Santo, unos optaran por subir por la Cuesta de los Rojas para ver primero a la Soledad y luego por calle Rio llegar a saludar a la Paz, y tras tomar aliento continuar por Caldereros hasta llegar al Portichuelo a rezarle al Socorro. Otros subirán por la Cuesta de la Paz y continuaran al encuentro con los otros templos, qué más da, lo importante es cumplir con el rito, ver a los hermanacos amarrar, recordar viejas historias y a los que una vez estuvieron y ya no están. El Portichuelo sirve de cruce para los que van y para los que vienen. Siempre ha sido un lugar de encuentro y siempre Socorro esperando. Pero la mañana es breve, hay que correr en una particular “vega”, no se puede dejar visitar ningún templo. Luego vendrá otra vez el desfile de la armadilla, majestuoso, proclamando, la inmediata salida, uno tras otro los devotos de “Abajo” van despidiendo a sus titulares, que comienzan su estación penitencial, y por fin la apretujada plazuela de Santo Domingo, de pronto se ilumina. Es la Virgen de la Paz, que desde el cancel del viejo convento asoma a saludar a sus cofrades. Todo se precipita. Estandartes, guiones,
nazarenos, armadilla y campanilleros, ocupan las calles de Antequera ni un alfiler cabe, nadie se queda en casa todos acuden a la cita. En tanto en el Portichuelo, todos son vivas, la plaza está inundada de fe y de espíritu franciscano, Antequera es franciscana, ya nos lo dice nuestro cronista Antonio Parejo Barranco. Y aquí desde el Colegio de Santa María de Jesús, saldrá el único trono alegórico de la Semana Santa de Antequera, la Santa Cruz de Jerusalén, el trono insignia de la Cofradía de “Arriba” Las cinco cruces representan las cinco llagas de Cristo Y también simbolizan la representación de Jesucristo, y los cuatro evangelios proclamados en las cuatro esquinas de la Tierra comenzando en Jerusalén. Es el culto a las heridas de Cristo, como fuente de vida. Y Jesús Nazareno llenará de vivas el Portichuelo y una saeta a lo lejos se oirá Hasta la Luna se para cuando te ve con la cruz. Y con su luz limpia y clara quiere limpiarte, Jesús la sangre en tu cara. (saeta popular) La rica cruz de plata sobre los hombros del Nazareno, ayudado por Simón Cirineo, a sus pies la mujer Verónica, es la sexta estación del Vía Crucis, una mujer se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo el sudor y la sangre de su divino rostro, ¿cabe mayor acto de amor?
Jesús Nazareno aparece en actitud caminante, inclinando el cuerpo levemente hacia delante como rendido por el peso de la cruz, que toma con ambas manos. El rostro consigue una serenidad idealizada, sin que el dolor y la sangre desdibujen la belleza de su faz. A penas a avanzado unos metros cuando un atronador mormullo de vivas y rezos reciben a María Santísima del Socorro, todos quieren acercarse todos quieren tocar sus andas, penitentes y tarjeteros se entremezclan con el barrio, los curiosos los devotos y los cofrades toda una amalgama rodea a la Virgen del Socorro, y como si de un solo cuerpo se tratara avanzan al unisonó en busca de Paz, de la hermana cofradía de “Abajo” Y este pregonero una vez más ha sido afortunado y ha tenido la suerte de estar en esta bulla sin par, por capricho de una campanillerita que con el capuz al hombro, el pelo despeinado y la cola al brazo, no quería separarse de la Socorrilla, ni en Portichuelo ni Herradores, gracias le doy al cielo de haber vivido ese momento, que vista tubo mi hija. La Semana Santa de Antequera son momentos, instantes, que hacen al cofrade comprender la vida, y amar, que antequerano no tiene un rincón, para ver pasar a su Cristo o a su Virgen, un momento intimo de acercamiento, un soplo de silencio, una esquina donde lanzar una plegaria. a mí me gusta sentir a la Virgen del Socorro cuando entra en calle Infante y ese inmenso buque de fe que es su trono comienza a encarar su pro a San Sebastián moviéndose a babor y a estribor llenando con su gracia a Antequera, con paso firme, aquí ya es “Socorrilla”
Y la Virgen del Socorro se entrega a su pueblo, ya todo será vítores y alabanzas. A lo lejos María Santísima de la Paz espera impaciente, Antequera vivirá el último encuentro de su Semana de Pasión, y por último el más emotivo, a los pies del Angelote, del Ángel de la Guarda de Antequera. La Virgen de la Paz avanzara desde San Sebastián, lenta, majestuosa, dejándose querer y contemplar por Antequera, por la estrella llegará la “Socorrilla”, balanceando armoniosamente las varas de su palio y llenando de dones a Antequera, como queriendo que el tiempo se detenga, hasta prolongar al infinito este instante de gloria cofrade. ¡Cuántos grandes momentos tienen las cofradías de Antequera! Todo es un frenesí, las voces roncas vitorean a Paz y Socorro, ya no hay rencillas, ahora solo hay hermandad. Y María Santísima de la Paz, encara su cuesta, camino de su Calvario Y Antequera va a despedirla Y Antequera va a correr su “Vega” “Vega “de Amor Vega de Esperanza Vega de Paz Un toque de campana… Y una voz firme gritará ¡A la Vega!
Y un ejército de Ángeles Alzara sobre Antequera a María Santísima de la Paz ¡Y a la Vega gritará Antequera! …Y El Portichuelo espera impaciente A su Socorro A la Virgen de Antequera ¡A la Vega A la Vega! Que Antequera nos espera ¡Mirad, mirad nuestra Madre del Socorro que ya por la cuesta sube! ¡Qué hermosa! ¡Bendita sea! la Reina de nuestras almas! luz toma el sol en sus ojos, y la luna, enamorada, a los balcones de Oriente se asoma para mirarla. El cielo azul, se reviste en vez de manto una gasa; se torna el solano en brisa,
pero brisa perfumada; la primavera soríe mostrando sus ricas galas, y la Ciudad es un himno de místicas alabanzas. Mirad, mirad nuestra Madre que del Socorro se llama ¿Bendita, bendita seas, estrella de la mañana luz que nuestros pasos guía aliento de la esperanza; socórrenos, Madre nuestra, y que jamás tu mirada se aparte por un momento de tu fiel Antequera ¡Madre Nuestra del Socorro Bendita, bendita seas! (Adaptación. A. Calvo. 1888) Y de repente el silencio, Antequera, se persigna y reza. Silencio, Jesús ha muerto.
Desde el antiguo convento del Carmen un triste cortejo a traviesa Antequera, todo es silencio, atrás quedó el bullicio, atrás quedó la vega, atrás quedó la luz. Adiós, Señor, que vas muerto en tu caja de cristal, ¡mis ojos no pueden verte de tanto llorar lloran la tierra, y el cielo, lloran las nubes y el sol, lloran pájaros y flores por la muerte del Señor. Unas notas de música armoniosa y unas letanías lejanas anuncian a Cristo Nuestro Señor. Lejanos están ya los tiempos, en los que desde este viejo templo de San Francisco, un grupo de cofrades encabezados por Pepe Aragón y los hermanos Francisco y Fernando Rosales y la Junta de Gobierno de la entonces Agrupación de Cofradías, decidiera reorganizar en la noche del Sábado Santo, la salida procesional del Santo Cristo Yacente, para ello se recurrió a los Estudiantes, los Estudiantes siempre han estado prestos a lo Antequera les ha pedido. En aquella ocasión y durante algunos años se uso el trono del Cristo Verde, su pequeña moldura y sus cuatro hachones parecían estar pensados para portar a Cristo, una blanca sabana servía de mortaja abierta y unos escuetos iris acompañaban al Señor, sabiamente
colocados por un ejercito de camareras voluntarias, Enriqueta, Julia, Victoria, Isabel, Soledad... El cortejo salía de San Francisco para despedirse en San Agustín, y algunos años salía de San Agustín y se encerraba en San Francisco. Diez años después, muchos de estos cofrades protagonizaron un hecho histórico que jamás olvidaremos, la reorganización de la antigua cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro. Cincuenta años llevaba Antequera, sin ver a esta bella dolorosa. Y Antequera apagó sus luces en muestra de respeto ¡Silencio! Por dios, guarden silencio que cristo ha muerto, muerta de dolor su mare en una noche sin luz por mis pecaos y pesares. Y un silencio estremecedor inunda Antequera, al paso de la urna y de Nuestra Señora de la Soledad. Capricho antequerano de perfección cofrade. Miradla triste y llorosa como rosa en tempestad envuelta en su negro manto lloraba la Soledad
la Noche del Viernes Santo. Eres más bonita Virgen que la nieve en el barranco que la rosa en el rosal que el lirio blanco en el campo Virgen de la Soledad (Saetas cuarteleras populares)
DOMINGO DE RESURRECCIÓN "Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe" (I Cor 15,14). Muestra la justicia de Dios que exaltó a Cristo a una vida de gloria Con su Resurrección y posterior Ascensión a los cielos, Cristo completó el misterio de nuestra salvación y redención; por su muerte nos libró del pecado, y por su Resurrección nos restauró los privilegios perdidos por el pecado (Rom 4,25). Es Domingo de Resurrección, es la culminación de la teología cristiana, por ello es el titular de la Agrupación de Cofradías, no podía ser otro, Jesús emerge del sepulcro, elevado sobre una nube de gloria, en la mano izquierda el lábaro, la derecha en actitud de bendecir, todas las hermandades acuden a acompañar a Cristo Resucitado y los campanilleros de lujo harán repicar por gloria sus campanas, ahora no anuncian la Amargura ahora anuncian la Salvación Eterna. “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. (Juan 11:25-26)
EPILOGO El pregón llega a su fin, este humilde cofrade solo ha podido contar torpemente lo que ha vivido, y lo ha hecho desde el corazón, no podía hacerlo de otra forma. ¿Y algunos dirán? y le falta algo Y NO LA HA NOMBRADO, estará diciendo su camarera Y no la nombra habrán dicho sus hermanacos No la ha nombrado dirán sus cofrades ¿pero hace falta nombrarla? ¡si está presente! Si nos está mirando Si está en nuestros corazones Si esta en nuestro pensamiento Te conocí, cuando no tenías palio y tu manto recogía los luceros del cielo que sobre tí caían. En San Zoilo nació una flor blanca y de fragante aroma que a su barrio dio esplendor y que lleva en su corola
la esperanza y el amor Vera Cruz bendita te pide este pregonero, voz para decir te quiero para gritarte ¡bonita! para alabar tu grandeza para cantar tu belleza, voz para llamarte guapa ¡mil veces guapa! Y ya no puedo dejar de nombrarla Vera Cruz, siempre Vera Cruz Y gritarte ¡bonita! Y guapa ¡y mil veces guapa! HE DICHO
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